ACUNTA

ASÍ ES MI CHINA

¡Ay mi chinita
añañaishita!
es tan bonita,
como florcita
del palo shauco
de la quebrada
del Colpamayo.

La candelita
de sus ojitos
alumbran mi alma
como temprano,
madrugadito,
brilla orgulloso
mi lucerito,
¡mi yuragachi!

Esa trompita,
berenjenita,
bermelloncita
roja, rojita
como las flores
del chochocón.

¡Mi chinita es linda!
¡esos andares!
¡como se cimbra!
son sus caderas
dos zapallitos
muy maduritos
que se estremecen
después del trueno
¡con esos vientos!
que andan tronando
que andan bufando
por Cañafisto.

Cuando pastea
sus blancas huishas,
acompañada de su leal;
mi china canta,
se pone guapa
salta cantando
como zorzal.

Por esas pampas
corre mi china,
como huachito,
y con el viento
se contonea
y la acompañan
en su alegría
el lanche macho
y el añashquero.

Mi china rica,
rica, ricura,
senos turgentes
como morenas
regias mazorcas
de maíz morocho.

En la quebrada,
mi china canta,
lava sus piernas
y las tunlitas,
de tanto verlas,
cantan alegres
y se aparean,
cuando descolorido
se asoma el disco
rojo del sol.

Cuando me encuentro
con mi chinita,
le digo: ¡chola!
¡cholita linda!
y se ella se enoja,
frunce las cejas,
se pone negra,
fea, hasta vieja
y no se deja piropear.

¡Quítate pronto
indio grajiento!
¡catay no sabes
nada parlar
por eso el mashe,
nada de parla,
me abraza fuerte!
¡quítate gafo,
patón poblano!
pa´ ni siquiera
darle a mano,

Y mi chinita
que tanto quiero
saca el sombrero
¡que burla me hace!
se pierde aurita
con sus güishitas
por la subida
de Samangay.

Mario Díaz Zobrado. Chota, terruño andino norteño, es un pueblo con una cultura milenaria; la habitaron los chavín, los mochicas, los incas, los españoles, y todos han ido dejando testimonio de su presencia. Chota, como todos los pueblos del Perú, tiene múltiples y variadas formas de expresión cultural, allí están sus expresiones de arte popular, su textilería, su cerámica, su rico pan, etc. Pero también tiene un caudal de léxico y de expresión populares como vivencia de su lenguaje.

Y no podían faltar como expresión de la palabra hecha arte, la poesía costumbrista que toma forma en la pluma de un maestro y Poeta: Mario Díaz Zobrado.

El Señor Mario Díaz Zobrado, ha cultivado la poesía es dos aspectos.

El primero es una poesía didáctica que la tomaba como recurso para la enseñanza de sus alumnos. Y que a veces acudía a otro recurso, dándole música. Allí está su mérito, en vez de enseñar, una poesía exclusivamente foránea, lejana a nuestra realidad local y nacional, emplea el léxico local y las expresiones folclóricas.

Pero, algo más, no es una poesía vacía sino que tine un contenido ideológico y de protesta. Recordemos cuando los niños cantaban “Los Campesinos”

Allí hay una denuncia cuando dicen:
Te socorres a la Costa,
allá sudas sin sentir,
después vuelves a tu Chota,
tuberculoso a morir.

Luego, Mario Díaz Zobrado se vuelve profético cuando en el estribillo hacía repetir:
¡Que viva, que viva!
que viva la siempre viva,
¡que muera, que muera!
la flor de la escorzonera
que las cosas de este mundo,
no duran toda la vida.

Esta poesía didáctica es muy fructífera en Mario Díaz Zobrado y son muchos los motivos de su inspiración, por ejemplo la Casita del campo, el Morrongo Pelé, los Patitos Cua Cua, La Abejita, que se publicó en el año 1944, cuando fundó el pequeño periódico escolar “La Abejita!. En él pretendía que fueran los propios alumnos los que escribieran para aprender y aprendieran escribiendo.

Aparte de la poesía didáctica, Mario Diaz Zobrado cultivó la poesía costumbrista, en donde parece que su canto brotara de la tierra misma. Las palabras con que expresa ese sentir, la descripción de la campiña chotana, de la mujer campesina, etc., hacen pues una poesía auténticamente costumbrista, que sólo corresponde a nuestro medio.

Jorge Berríos Alarcón. Poesía Costumbrista. Chota 1 . Julio de 1976.