El fatídico terremoto que ha afectado mayormente a la ciudad de Pisco, le ha caído, políticamente, como anillo al dedo al gobierno del señor García, tanto es así que un innombrable ministro sin ningún sentimiento de pesar por las víctimas, ha dado "gracias a Dios" por haber enviado este anticipo de Apocalipsis, porque sino los médicos no levantan la huelga.
El cinismo, en su primera acepción, según la Real Academia, es la "desvergüenza en el mentir o en la defensa y práctica de acciones o doctrinas vituperables" por lo general es propio de los políticos demagogos y, para mayor precisión, de los gobernantes incapaces y corruptos. para Defender sus acciones no tiene ningún escrúpulo, menos respeto por la vida de las personas.
Pero al cinismo de los especímenes de allá y de acá, se le suma un malhadado atributo: la soberbia, de la cual ya hemos dicho unas palabras en la nota anterior. Más aún esa combinación siniestra en la política, ocasiona mayores daños a la humanidad que los causados por los desastres naturales. Para ilustrar allí tenemos las guerras, la pobreza y el hambre.
Ahora, el desastre natural le ha dado al gobierno un buen pretexto para continuar esquivando sus responsabilidades, enriqueciendo a las multinacionales a cuesta de la pobreza de los marginados de siempre y subastando al país, mientras con cinismo se fotografían con un desdichado poblador o ama de casa, cantan el himno nacional y saludan a la bandera.
En fin, los políticos demagogos y gobiernos corruptos, por añadidura cínicos, son un desastre político, social y económico. Huelgan los ejemplos a ojos vista.
Fernando Vera Vásquez.
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