REFLEXIONANDO
JOYITAS SAGRADINAS
Juana Cusma Cabanillas
JOYITAS SAGRADINAS
Juana Cusma Cabanillas
Recordar es volver a vivir. Lo que ahora narraré, aconteció en de agosto de 1979. Las alumnas del quinto año de secundaria del glorioso Colegio Sagrado Corazón de Jesús de Chota, Promoción María Mujica Calderón, muy bien habíamos aprendido lo que nos inculcaron nuestros profesores, el trabajo, el amor al estudio, la justicia, la honradez, entre otros valores y actitudes, ya que para nosotros nuestros maestros eran y serán siempre nuestra inspiración. Solo creíamos en Dios y en ellos.
El SUTEP venía haciendo una huelga indefinida, a la cual se había plegado nuestros valerosos profesores, pero a nosotras (estudiamos sólo mujeres) se nos exigía asistir a clases por dos o tres profesores inconsecuentes. Porque, donde hay muchos valientes siempre habrá también algunos traidores, sin embargo cuando se resuelven las huelgas son los primeros en beneficiarse. Felizmente en nuestro pueblo ya no existen esos profesores.
A las sagradinas de entonces al ver las agresiones que pasaban nuestros profesores, nos nació la sed de justicia y reunidos acordamos, por unanimidad, respaldar la lucha que reivindicaban sus derechos ante la dictadura militar de esos días. Para tal efecto, las muchachitas intrépidas de ayer, cuidamos todo el perímetro de¡ colegio con un palo en la mano para defendernos. No dejamos entrar a ninguna alumna de grados inferiores. El colegio estuvo sitiado por nosotras por dos días, el 16 y 17 de agosto de 1979. Entonces ocurrió lo que esperábamos. Una profesora que no recuerdo su nombre, pero sí su apellido, Amarillo, se precipitó a la entrada encontrándose con las "amazonas sagradinas", por lo cual fue pintada el rostro con esmalte del color de su apellido. Así el glorioso Sagrado rindió honor, agradecimiento y apoyo a sus amautas, los héroes del magisterio peruano afiliados al SUTEP. Y como era de esperar: la heroica resistencia de la promoción ante la directora, una religiosa muy estricta, y los profesores amarillos, nos causó muchos malestares, principalmente amenazaban desaprobarnos en sus cursos. Ah, toda este hecho valiente fue comentado esos días por Radio Chota y Radio Heroica de Chiclayo, ante las cuales nos dirigimos mediante sendas cartas, cuyos originales también guardo.
Cuantas compañeras serán ahora maestras y supongo que seguirán luchando y enseñando el camino de la verdad. Las demás, en la misión en que nos encontramos creo que lo hacemos de la mejor manera por el progreso, justicia, verdad, porque cuando la justicia se siembra en tu ser, aunque te amenacen, siempre florecerá.
Si con alma adolescente fuimos valientes, ahora con mayor razón. Por eso, las amo compañeras luchadoras, añoro el tiempo ido, vuelvo a sufrir y a gozar, más cuando las recuerdo, joyitas sagradinas. Y a mis profesores amados, luchado-res del saber y la justicia social.
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