ACUNTA

ACTUALIDAD

RECORDANDO UN VIEJO TANGO

Francisco Campos Vásquez

En la última celebración de la fundación apócrifa de Chota se nos ratificó una vez más el desconocimiento de ¿quién? y ¿cuándo? se fundó nuestra cuidad.

Dicha confusión se extiende además a la denominación que se le da, como a todas las ciudades de acuerdo a sus características físicas naturales o culturales, tomando el término cultura en su acepción antropológica; así tenemos: Arequipa, “la Ciudad Blanca”, Chiclayo “La Ciudad de la Amistad”, Cajamarca “La Ciudad del Cumbe”, Tacna “La ciudad Heroica”, Puno “La Capital Folklórica del Perú”, Tacabamba “La Sucursal de Cielo”. Y Chota. Igual que sus fechas de fundación son varios; como: “La Capital Taurina del Norte”, “Cuna de la Rondas Campesinas”, “La Tierra de Acunta” “La Capital de los Desfiles Escolares”, “La Ciudad del Periodista”, “La Ciudad de la Yunsas”, “La Atenas del Norte”, etc.

Acerca de lo anterior, en una conversación un amigo me dijo: no sería mejor llamarla “La Ciudad del Cambalache”; lo cual inmediatamente me hizo recordar al viejo tango argentino “Cambalache”, cuyos versos lapidarios nos dicen: “Que si siempre ha habido choros, maquiavelos y estafados; contentos y amargos; varones y dobles; un despliegue de maldad insolente, ya no hay quién lo niegue, vivimos revolcados en un merengue y en el mismo lodo todos manoseados. Hoy resulta que es lo mismo, ser derecho que traidor, ignorante, sabio, chorro, generoso, estafador, todo es igual, nada es mejor, lo mismo un burro que un gran profesor, qué falta de respeto, que atropelló a la razón, cualquiera es un señor, cualquiera es un ladrón, el que no llora no mama y el que no roba es un gil; si es lo mismo el que labora noche y día como un buey, que el que vive de los otros, que el que mata, que el que cura o está fuera de la ley”.