Criterios

ENCARAMADO EN EL PODER

Oscar Sánchez Ruíz

                        La sorpresiva renuncia de Jesús Coronel como candidato a la reelección en la Presidencia del Gobierno Regional de Cajamarca, evidencia irresponsabilidad y calamidad política en que sobrevive “Fuerza Social” como partido y como responsable de la administración regional. No ha logrado consolidarse como proyecto político, con organización partidaria y propuesta programática. Nacieron empujados por la circunstancia electoral; de igual modo, la misma circunstancia los extingue.

            Decidido en postular a la reelección e impulsar una anticipada y entusiasta campaña millonaria alardeando los éxitos de su “buen gobierno”, en un arranque de ira y celo político decide renunciar a tal postulación. Para tomar esta decisión “…no tuve que pensarlo dos veces, ni siquiera una y medias veces”, se vanagloria Coronel. No obstante, estos hechos muestran ausencia de programa de gobierno que garantice gobernabilidad; predominio de táctica y estrategia política ecléctica frente al proceso electoral en curso; además, desidia en la formación de líderes que conduzcan con acierto un partido político debidamente organizado y cualificado doctrinariamente.

            “Fuerza Social no debe cultivar caudillos sino equipo de gobierno, un liderazgo colectivo, no individual”, precisa Coronel. Sin embargo, la inesperada decisión tomada es propio de caudillos oportunistas y trasnochados que a costa de la humillación de sus seguidores pone a salvo su pellejo a fin de lograr sus ambiciones personales. “Están en juego mi futuro político y de Cajamarca que una persona [Bálcazar] de esa calaña venga a destruirme tres años y medio de gobierno exitoso, en cuatro meses”,  enfatiza Coronel. Frente al inminente descalabro político, ha preferido continuar encaramado en el gobierno regional y des de esta trinchera político-administrativa asegurar su “futuro político y de Cajamarca”, negociando impunidad en sus delitos y tentando candidatura al Congreso por el Frente Social liderado por Susana Villarán.

            Respecto al “gobierno exitoso”, lastimosamente Coronel vive de espaldas a la realidad. Su administración, incapacitado para planificar e invertir el presupuesto regional, a pesar de grandes carencias sociales, ha devuelto al tesoro público y por tres años consecutivos, cerca del 50% del presupuesto asignado. Coronel, también se desempeña de relacionista publico de empresas mineras y es cómplices de abusos que cometen con impunidad. Ha otorgado facilidades para que inversionistas privados en contubernio con el gobierno aprista se apropien de miles de hectáreas de territorio cajamarquino (presa el limón) y deriven las aguas de los ríos Huancabamba y Shumba a favor del mega proyecto productivo e hidro-energético Olmos a cambio de mayor olvido y atraso en la región. Atomizan el presupuesto invirtiendo en obras de competencia municipal, olvidando la ejecución de proyectos estratégicos para la región.

            La administración Coronel es el continuismo del fracaso. Entonces, esta es la razón del cambio urgente por un gobierno diferente, responsable y visionario.  Una propuesta nueva de gobierno debe garantizar el anhelado cambio en la región.