¿CAMBIO O CONTINUISMO?
Oscar Sánchez Ruíz
“No al borrón y cuenta nueva”. “Que trabaje y no robe”, bien podría constituir dos paradigmas que de alguna manera orienten la mística de trabajo de la nueva administración regional y municipal. La opción por el cambio ha prevalecido en el último resultado electoral. Pero hasta qué punto los elegidos responderán a la expectativa del pueblo, es un asunto que en los primeros 30 días de administración ya debería haberse dado señales de cambio.
Planificación y administración de recursos: Determinación de los ejes de desarrollo municipal y regional, asignación de recursos para gasto corriente e inversión de capital, priorización en la atención de demandas, transparencia y fiscalización, apertura de la gestión a las organizaciones de base, son algunos espacios donde debería realizarse cambios, respecto a la gestión anterior, según corresponda. Retos que por su puesto requieren de equipo técnico competente, identificación con la propuesta política y con los destinos de la provincia y región. El paradigma de “Trabajar y no robar”, debe ayudar a recuperar la credibilidad en la autoridad y sobre todo en la política.
Partido y responsabilidad política: La organización política (de partido o movimiento) tiene la principal responsabilidad de garantizar el éxito de la gestión. En el poder, debe afirmarse y constituirse en verdadera opción de gobierno, propuesta de desarrollo y expresar las aspiraciones del pueblo. La apertura política para gobernar también debe ser señal de cambio. La apertura del poder para amigos y allegados sin el debido compromiso con proyecto político alguno y que luego se convierten en camarilla mafiosa, es “mala seña”.
Representación y liderazgo: La autoridad electa es el líder del pueblo, es el referente político y moral que dirige y conduce los procesos de desarrollo de la provincia y región. Es el que esboza la mística de trabajo y muestra su vocación de servicio, convoca y suma energías de trabajo. Trasmite confianza y genera compromisos de cambio. Liquidan el liderazgo cuando desde las sombras gobiernan quienes no han sido elegidos. La implementación de psicosociales, la manipulación política y el “Borrón y cuenta nueva”, acaban con la credibilidad de la gente para luego, finalizada la gestión, llevarse todo lo que pueden y encuentran a su paso. Desde las organizaciones de base debemos poner fin a esta lacra que impide el progreso y es afrenta a la dignidad de nuestro pueblo.
El inicio de la nueva década también podría servir de parámetro para proponerse metas de mediano plazo. Renovar nuestra visión de desarrollo y propuesta política que de hecho nos ayudaría a cambiar de actitudes para asumir un compromiso histórico.
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