CONFLICTOS
MINEROS Y VIGENCIA DE MANUEL SCORZA
Blasco Núñez Carranza
Viene al caso, en
publicación reciente, el escritor Danilo Sánchez Lihón en su obra: Manuel
Scorza. El relámpago y la flor, respondió a la inquietud periodística:
¿Qué hubiera hecho Scorza frente a los problemas del Proyecto Minero Conga?
Seguramente, en estos momentos, hubiera
marchado (a Cajamarca) para ponerse en frente de ese justo reclamo, por
que las compañías mineras lo primero que enajenan es el agua. Scorza tenía una
vocación por estar no al lado únicamente de los pobres, sino de los pobres en
acción de lucha. Ese era su espíritu guerrero. Y a la interrogante: ¿Qué
significa “El relámpago y la flor”?,
dice: “Son dos contenidos importantes en Scorza”. Por un lado, celebra la vida,
la naturaleza, incluso la alegría; y, por otro, es un poeta que se pone del
lado de los pueblos sublevados, de los comuneros que reclaman sus tierras, sus
aguas; su identidad también. Entonces, la
flor es la aspiración por la belleza y el
relámpago es esa aspiración por cumplir con nuestros ideales sociales.
Manuel Scorza, poeta y novelista, nacido en Lima (1928) y fallecido en España
(1983) en accidente aéreo, ha dejado un legado universal pues sus obras han
sido traducidas a más de 36 idiomas. Es celebrada su obra poética: Las imprecaciones y su novela: Redoble por Rancas. A su vez recordamos
la entrevista que diera antes de su muerte a Ronald Forgues. Ahí dijo de América:
“Este es un continente donde toda causa noble está condena da a ser destruida
por la realidad y yo creo que todavía vivimos una realidad bárbara porque nos
falta muchísimo para ser humanos”. Con respecto al Perú diría: “Somos un lugar
del mundo que no tiene historia, donde vivir es un acto desesperado y ser
peruano es una forma de horror y no se puede vivir sin historia. Cuando en la
conquista española destruyeron los quipus, desde aquel día nos quedamos sin
historia. Por eso el pueblo peruano es un pueblo huérfano y lo más grave, sin
memoria”. Además agrega en otra parte de la entrevista. El Perú no podrá jamás
ser nación sin una revolución. En su poesía se evoca la protesta social cuando
dice: “Luchar es más bello que cantar”
“Mientras alguien sufra/ la rosa no podrá ser bella/ mientras alguien muera de
hambre/ el trigo no dormirá tranquilo”. Además: “Yo soy el joven de los calcetines rotos/ aquél que sobra en las
mesas/ con un solo traje y muchas penas”. Acerca de la Patria: “Perú patria tristísima/ hasta cuando serás
la ramera/ que solo se acuesta con los borrachos o hasta cuando serás el muro/
donde orinan los gendarmes”. Es vigente el pensamiento Scorza. Hoy que
Cajamarca se sume en conflicto minero y el presidente Ollanta, anti minero en
campaña electoral y minero en el poder. Ya desempolva su casco de comandante
para ponerse o lucir el flamante casco de empresario minero o de indultar al
asesino Fujimori para consumar su adhesión a su patrón imperial que ha sido su
verdadera vocación que ocultó en campaña electoral. Reiteramos el saludo
solidario a las autoridades cajamarquinas que no aceptaron el amañado diálogo
en Lima porque peritaje ya debe estar comprado. De darse la exploración de
Conga, al estilo Scorza seremos los cajamarquinos: “Aquel día amaneceremos sin ganas de ponernos los ojos”.
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