ACUNTA

TEXTOS DE AMOR Y LLAGA Nº 266

(Octubre 14 de 2007)

SEMANARIO CHOTANO DE OPINIÓN
AÑO X Nº 266

Editores:
Fernando Vera Vásquez
José López Coronado
Carlos Campos Vásquez
Asesor Legal:
Dr. César A. Villalobos Villacorta
Redacción y Publicidad:
Oxmar López Irigoín
José López Irigoín
Dirección:
Jr. I. Consanchillón Nº 220 – CHOTA- CAJAMARCA

Email:
grupowayrak@hotmail.com


EDITORIAL

EL DESCRÉDITO DE CHOTA

Ya lo hemos dicho en este semanario. Resulta ocioso escribir sobre lo mismo cuando el pueblo es impasible ante la indignante realidad. En estos tiempos impera la corrupción de arriba hacia abajo, de atrás hacia delante, de un lado a otro. Y ante esto, cuando algunos tenemos la valentía de denunciarlo, el pueblo duerme el sueño de los justos.

Al parecer, el mundo está girando al revés y, por lo tanto, la mayoría actúa al revés. Realidad que ha dado idea para que Eduardo Galeano haya escrito su libro “Patas arriba: escuela del mundo al revés” (1998), en cuya pág. Nº 8, se lee: “El mundo al revés nos enseña a padecer la realidad en lugar de cambiarla, a olvidar el pasado en lugar de escucharlo y a aceptar el futuro en vez de imaginarlo… En su escuela, escuela del crimen, son obligatorias las clases de impotencia, amnesia y resignación. Pero está visto que no hay desgracia sin gracia, ni cara que no tenga su contracara, ni desaliento que no busque su aliento. Ni tampoco hay escuela que no encuentre su contraescuela”.

En ese concepto, Chota padece feliz su atraso y no hace nada por cambiarlo. Ha olvidado su pasado afamado y reconocido, y ahora vive como si no tuviera dignidad. Tampoco atina a imaginar y construir un futuro mejor, pues en sus narices la indiferencia crece como mala yerba, que es el alimento de las vacas sagradas. Así, desacreditado, Chota pronto cumplirá otro aniversario. Después, todo seguirá igual. ¿Cuando esta desgracia encontrará nuevamente su gracia? ¿Cuándo este desaliento encontrará su aliento? ¿Cuán do esta actitud cobarde volverá a darle créditos de rebeldía y humanidad a los chotanos? ¡Quien sabe, señor!