LA CAJA BOBA
Paolo Pérez Puelles
Ya sabemos ¿o cabe alguna duda de que nuestra televisión es una basura? y si uno se pregunta ¿quién regula el contenido publicitario o quién esta encargado de proteger a los niños de imágenes y/o conceptos deformantes?
Me imagino las entidades “esas” creerán que hacen su trabajo, pero muchas personas pensamos lo contrario y no les creemos. Y es que para ser incrédulo al respecto, basta prender (encender) la televisión, digamos al medio día hora en que las familias tienen a sus niños en plena actividad y con acceso a la caja boba, y ¿qué encuentran en ella?: deformación publicitaria con mensajes que connotan apreciaciones racistas y machistas; violencia en todos los aspectos; y como si esto fuera poco existe una fauna de personajes con una ambigüedad sexual que llega a dar escalofríos; y es que los mismos homosexuales decentes protestan contra esta especie de mascotas asexuadas, que los canales utilizan en sus programas "familiares" de medio día; hay dos preguntas que se me ocurren: ¿por qué se permiten espacios como aquellos en la TV. de nuestro país? y ¿cómo pude influir aquel
paisaje deformado en la formación psicológica de nuestros niños, que son los prospectos del futuro que harán grande, o no, nuestro país?
Las respuestas no son alentadoras, ya que la televisión y la prensa basura están institucionalizadas en el país sin ningún respeto a nuestros niños; es cierto aquella premisa que dice que los medios influyen en mejorar o empeorar el nivel cultural de una sociedad; en nuestro caso creo que tenemos un gran problema y una manera de defenderse de esta caja, que la tenemos metida en casa, seria mediante la comunicación familiar, el análisis de la "información", la crítica; no exagero: hay personas que creen que lo que se expone en la televisión es la verdad absoluta; hay padres que han dejado la crianza de los hijos a cargo de un televisor, y esta es, o no, una generadora de valores y puntos de opinión referente a los acontecimientos que suceden.
El morbo, la violencia, el chiste fácil, la vulgaridad, el insulto, son de uso recurrente en los medios televisivos de todo el mundo; la diferencia quizás sea que aquí en nuestro país la televisión basura a monopolizado las trasmisiones, no han dejado una alternativa sana y constructiva, al contrario se ridiculiza la programación sana o cultural, que realmente contribuye.
En medio de tanto medio de desinformación, me han dado ganas de ir a prender la televisión... pero con gasolina.
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