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ANTONIO VILLALOBOS ORDÓÑEZ

Fernando Vera Vásquez

La muerte sorprendió el domingo pasado y nos arrebató a nuestro entrañable amigo Antonio Villalobos Ordóñez, conocido amicalmente por el apelativo de Trombo. Su partida nos echó en la cara la terrena convicción de la inexorable fragilidad de la vida y la inapelable sentencia de la muerte. Pero, a su vez, nos devolvió la dicha del sentido, inmanencia y trascendencia de aquella.

Esto último cabe decir de la vida de Antonio Villalobos Ordóñez (6 de marzo 1944 28 de marzo 2010), un maestro en el mejor sentido de la expresión, luchador infatigable, amigo y compañero sincero y afectuoso, apasionado y lúcido dirigente sindical y político.

Su larga trayectoria nos recuerda, entre numerosos hechos, que fue fundador del Club Estrellas Rojas, cofundador del glorioso SUTEP en el Congreso del Cusco, sindicato del cual fue su dirigente nacional, como lo fue también de los maestros cesantes y jubilados ANCIJE. Y su convicta, confesa y firme militancia comunista.

Antonio Villalobos Ordóñez, llevaba en la sangre los genes de maestros y luchadores, como la familia Osores, trascendentes en la historia de Chota y del colegio nacional San Juan, o del ilustre maestro Ordóñez, un pedagogo ecuatoriano que vino a Chota precisamente a instaurar una pedagogía novedosa y revolucionaria.

De esa estirpe de hombres fue Antonio Villalobos Ordóñez. Llevó una vida sencilla y modesta, como es la de los grandes hombres, pero plena y trascendente.