Editorial

Semanario Chotano de Opinión

“AMOR Y LLAGA”

Año XIII - N° 416 – Junio 12 de 2011

Editores

Fernando Vera Vásquez

José López Coronado

Carlos Campos Vásquez

Asesor Legal:

Dr. Andy Willam Guevara Acuña

Redacción y Publicidad:

Oxmar López Irigoín

José López Irigoín

Editorial:

LA REMODELACIÓN DE LA PLAZA DE ARMAS DE CHOTA

La remodelación, nuevamente, de la plaza de armas de Chota, es una muestra palpable de que nos robaron en nuestras propias narices, tal como advertimos en este semanario oportunamente, y la población mayoritaria quedó, asombrosamente, callada y, por el contrario, aplaudiendo la ofensa. Es una obra de la gestión anterior no entregada todavía y, por ende, no inaugurada; sin embargo, ya se la está remodelando, y acaso favoreciendo a los malandros que la malograron. Remodelarla era urgente, pero no de espaldas e inconsultamente a la comuna como se está haciendo, lo cual hace presumir que con el apresuramiento con que se está actuando, se ocultan ¡cuando no! afanes dolosos.

¿A qué perito se le consultó para que no se vuelva a cometer iguales infracciones que en la gestión anterior? Eso, al parecer, no le importa a nadie, porque se actúa anárquicamente e, incluso, sin expediente técnico, como lo ha afirmado un regidor que negaba oficialmente conocer dichas acciones. Es decir, en Chota se hace lo que se quiere sin informar ni dar cuenta a nadie y no pasa nada.

Remodelar la plaza de armas de Chota en las circunstancias de ser una obra no entregada, es como blindarles a los responsables y justificar su sobrevaluación que todos no ignoran. Se dice que tendrá mayor iluminación, pero ¿lucirá la transparencia que es necesaria en toda obra pública? Por ello, un informe pormenorizado de la misma los salvará de la analogía de su actuar respecto a la corrupta gestión de Rubio Castro.

Realmente nos conmueve que los chotanos, antaño reconocidos como hombres y mujeres por su valentía, equidad y criterio, se crucen ahora de brazos y no observen lo que cualquier ciego advierte y, lo peor, se muerdan la lengua como signados por un tic de complicidad. El que calla otorga y el que otorga no tiene derecho de reclamar sus derechos. De hecho, contar con una plaza de armas hermosa, con áreas verdes y con la trasparencia ética de todos, es algo de que hace tiempo deberíamos estar orgullosos.